James Turrell es un artista estadounidense, nacido en 1943, que busca crear sus obras con dos elementos básicos: la luz y el espacio. Quien vaya a ver alguna de sus exposiciones podrá sumergirse en un mundo de luz y color, y encontrar un significado artístico muy diverso al de la persona de al lado.
Una de sus obras más importantes y llamativas es Ganzfeld. La definición de esta palabra alemana lo dice todo: el fenómeno de perder totalmente la percepción profunda como experiencia de un blanqueamiento. El espectador podrá acercarse en dos momentos a esta instalación luminosa: la primera, viendo cómo un grupo de cinco personas sube unas escaleras para adentrarse a un cuarto blanco sin esquinas y ver cómo éste, con luces y proyecciones cambia de color; y la segunda, siendo él mismo entrando al cuarto iluminado.
Al haber vivido esta experiencia, puedo expresar que las dos fases son completamente distintas. En la primera, tienes ciertas expectativas y entiendes que las personas que entran al cuarto se vuelven parte de la obra. Yo lo asimilé en una primera instancia como la percepción de un día, del amanecer a la noche. Después, ya inmersa en el cuarto, perdí toda noción de espacio y sólo vi colores y texturas, como si hubiera sido encapsulada en una burbuja.
Muchas de las obras de Turrell ponen al espectador en frente de una pared esperando ver una obra de luz en un cuarto sumergido en oscuridad. Es una forma de vivir en carne propia el Mito de la Caverna de Platón, también conocido como Topus Uranus. Esta idea filosófica habla de cómo varios hombres esclavizados y atados en frente a un muro, sin posibilidad de moverse, sólo ven oscuridad. Pero, a modo de linterna mágica, el fuego a sus espaldas y la gente pasando, proyectarán imágenes del exterior.
El mundo sensible es el de la oscuridad con las personas y objetos proyectados, pero la luz, es una llamada a despertar y encontrar el conocimiento, no saliendo únicamente de la caverna, sino a través de la introspección. El proceso será arduo y difícil; primero hay que entender cuál es la situación, liberarse de ella viendo que todo lo que se creía no era real, ir saliendo de la caverna e irse adaptando a la luz que cegará… ahí se decidirá si se quiere seguir viviendo en la penumbra por no tolerar el mundo real, o si uno se atreve a vivir libre sin espejos y encantamientos.
Evidentemente, Turrell no busca esclavizarnos y dejarnos en una cueva, pero a mi parecer, juega con esa metáfora, ayudándonos a ir hacia la luz (sin morir). El mundo sensible, el del día a día, el de largas listas de tareas, trámites, compromisos y preocupaciones, nos encarcela a nosotros mismos, y olvidamos el mundo de las ideas, el inteligible, donde tenemos invenciones, gozamos la música, dibujamos, queremos crear. En unos cuantos minutos, el artista nos procura una leve desintoxicación recordándonos que debemos estar donde nuestro cuerpo presente se encuentra.
Muchas veces nuestras ilusiones en el mundo sensible se encuentran en un futuro incierto de metas que socialmente debemos alcanzar. Estudiar una carrera, titularse, trabajar, casarse, tener hijos… «ser exitoso». Estos monstruos del «deber ser» idílico para que las tías y vecinas en las reuniones no molesten con la falta de priorización, crean caos, dolor y oscuridad. He visto a muchas personas que sufren con este estereotipo de la vida perfecta. Lo bueno es que la luz, el hacer lo que te hace feliz, siempre te encuentra.
Me interesaría saber qué opinan al respecto. Pueden visitar el Museo Jumex para ver la exposición de James Turrell: Pasajes de Luz. Les recomiendo que compren las entradas online para que puedan decidir por sí mismos el día y la hora, puesto que el cupo por sala es limitado y hay luego una larga cola de espera. Por otro lado, debo recalcar que la museografía me salió debiendo por la falta de información en la concepción de la muestra. Entiendo que usaron citas de Sylvia Plath, Platón, Antoine de Saint-Exupéry, entre otros, para mostrar las fuentes de inspiración de Turrell, pero podrían haber jugado con espacios multimedia para explicar mejor la importancia de la luz en la obra y la vida de este artista contemporáneo. Un museo, sin material de aprendizaje, es una mera galería de arte.