
Horrible. Nefasta. Desalmada. Rapaz. Inmunda. Cruel. Podría hacer una lista enorme adjetivando al personaje mitológico de Medusa con el encuadre que la cultura le ha dado a lo largo de los siglos. Según la tradición homérica, pareciera que era un ser maligno que gustaba de convertir a pobres hombres aventureros en piedra –aquí agrego la parte omitida–, que buscaban saquear los templos de los dioses.
Uno de los relatos de este “monstruo” ctónico, perteneciente a las entrañas de la tierra por sus características ofídicas, era que pertenecía a la familia de las Gorgonas cuya labor era proteger a los templos donde trabajaban oráculos y pitonisas. Esteno y Euríale eran las hermanas inmortales, dotadas de alas de oro, garras de bronce, dientes de marfil, y por supuesto la singular cabellera de serpientes. Ambas tenían sangre que podía curar o matar a un hombre, y ojos que podían ver el destino de quien se atreviera a traspasar los terrenos santos. Medusa, al ser mortal, fue compensada con la capacidad de convertir a quienes la vieran directo a las pupilas en estatuas de piedra.
Como era una aparente amenaza para la sociedad, el rey Polidectes de Sérifos pidió atentamente a Perseo que la matara y le trajera su cabeza (realmente Polidectes quería casarse con su madre y no le caía bien Perseo como hijastro). Y bueno, todos conocemos la historia donde el valiente y gallardo héroe la degolla de un solo movimiento gracias a su astucia de ver el reflejo de la gorgona en su escudo y siendo guiado por la voz de Atenea, quien al final de las peripecias de Perseo, la inmortaliza en su escudo como símbolo protector. Fin.
Otro de los relatos es el de La Metamorfosis de Ovidio, que se asemeja más a la realidad histórica (una monarca de Libia que castigaba a quienes profanaban su reino) que al fervor de la creación de héroes virtuosos. En esta historia, Medusa no nació siendo un monstruo, al contrario, nació como una mujer. Era muy bella y era deseada por varios pretendientes, pero su amor incondicional era para Atenea, por lo cual se convirtió en sacerdotisa de su templo. Lamentablemente, muchos de sus enamorados eran hombres que entendían el significado de un “no”, pero Poseidón, al ser dios y creerse omnipotente y con derecho a todo, abusó de ella. Atenea enojada por esta situación alarmante que manchaba su templo y la reputación de una de sus sacerdotisas, castigó a Medusa convirtiéndola en una horrible criatura y la exilió con otros monstruos…. Y bueno, el final es parecido al del relato anterior.

El 8 de marzo se celebra el Día Internacional de la Mujer. No es un día para regalar flores, pasteles o figuritas de Lladró; es un día de reflexión. ¿Por qué las mujeres siempre son las culpables de los delitos sexuales?, ¿por qué son ellas las que tienen que pagar y sufrir las consecuencias de actos contra ellas? El Día Internacional de la Mujer inició como el Día Internacional de la Mujer Trabajadora y buscaba pedir equidad en las condiciones laborales, pero se dieron cuenta que faltaba mayor equidad en diferentes aristas y no sólo en las cuestiones profesionales.
Hay que entender que las mujeres no somos iguales a los hombres, y no queremos parecernos a ellos. Cada sexo es diferente; desde asuntos anatómicos hasta la comprensión del mundo (es en serio, un mujer usa su cerebro en cuestión del todo en una logística, y el hombre en detalles de la misma). Lo que se busca con todo este “paripé” que le molesta a algunos es equidad. Se les ha pedido por las buenas, y por las anarquistas. Y… lamentablemente, el argumento de equidad parece una solicitud tan irreal como el pedir el desarrollo de una industria láctea en la Luna.
Para que se atienda esta demanda, les prestaré los zapatos de muchas mujeres para que se sensibilicen, y si resulta, hasta sean empáticos y favorezcan la causa del 8M:
Se requiere el apoyo gubernamental y social para que ya no haya ni un hombre que fuese avergonzado por la forma en que se viste, y fuese acreedor de piropos incómodos y cosificadores hacia su cuerpo y órganos sexuales. | Los hombres no deben temer salir de sus casas a altas horas de la noche –ya sea para comprar algo rápido a la tienda o por el mero disfrute de salir con sus amigos–, y sean secuestrados, abusados, matados y abandonados, y que al final los culpables fueran ellos por coscolinos. | Ya no podemos tolerar hombres asesinados por sus consortes debido a que no cumplen con las labores del hogar, o a que se enfermaron, o a que empanzonaron, o a que son más feos que su hermano o el vecino, o a que el florero ya estaba roto y había que romper otra estúpida cosa. | Imagínense que muchas veces los hombres no pueden llevar el cabello largo, usar una cola de caballo o una trenza, porque son más propensos a ataques delictivos que un hombre con cabello corto. | Pobres hombres, deben sonreír para verse más bonitos. | ¡Qué aberración pensar que un hombre gozando de su sexualidad sea señalado como un fácil! | Y vaya, un hombre no puede enseñar un poco de piel y sentirse bien con su cuerpo porque su apariencia dicta que es un ninfómano. | Si no se maquillan y tienen el cabello largo, se ven muy masculinos, ¡hasta parecen leñadores! | ¿Por qué parece anormal y antinatural que un hombre no se quiera casar para seguir con su carrera? | Qué mal se estacionó; seguro es hombre. | Es impensable que un hombre gane muchísimo menos que una mujer, además siendo acosados por jefes, compañeros, o externos a su espacio de oficina, quienes le chulean el trasero o lo bien que se ven sus pantorrillas con tacones. | Es incluso vergonzante vivir en una sociedad donde las oportunidades masculinas dependan de su cuerpo antes de su curriculum y talento. | ¿Tuvo un aumento?, seguro fue porque se abrió de piernas para pepenarlo.| ¡Ya empezó a llorar!, seguro está produciendo espermatozoides porque se puso sensible y está insufrible. | Ya es 8M y seguro van a ir a las calles a pintarrajear esos hombrezuelos. | Se necesita que haya leyes que eviten los masculinicidios.
¿Queda más claro así?