
El proyecto empezó con una carta del Ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes de Francia, que, para imitar el decorado del Museo de Victoria y Alberto de Londres, solicitó a Auguste Rodin una puerta en bajos relieves que representaran pasajes de La Divina Comedia de Dante Alighieri. Según los términos de la comisión, el escultor ganaría 8 mil francos (aproximádamente €1,219.59).
La inspiración provendría de La Puerta del Paraíso de Lorenzo Ghiberti, de la fachada del Domo de Orvieto que estaba labrado con bajos relieves de Lorenzo Maitani y que mostraban escenas del Génesis, del Nuevo Testamento y del Juicio Final, y, por último, del fresco El Juicio Final de Miguel Ángel Buonarroti que decora el ábside de la Capilla Sixtina.
Además de las inspiraciones italianas previas, Rodin se ayudó de obras como Las Flores del Mal de Charles Baudelaire, no sólo por el contenido del poemario sino por su estructura parecida a la de un itinerario moral, espiritual y físico que exaltaba el goce de las pasiones –de hecho, antes iba a tratar de los pecados capitales–; de la parte del Infierno de La Divina Comedia; y de algunos de los mitos encontrados en La Metamorfosis de Ovidio.







Rodin no pudo ver la fundición de su obra ya que murió en 1917. Actualmente existen ochos puertas. Las cuatro primeras se realizaron por la casa Alexis Rudier con el método del vaciado a la arena y se encuentran en el Museo Rodin en Filadelfia, el Museo Rodin de París, el Museo Nacional de Arte Occidental en el Parque Ueno en Tokio y en el Kunsthaus Zürich. Los otros bronces han sido distribuidos por el Musée Rodin con la condición de que sean exhibidos al público. Estos fueron realizados por la casa fundidora de Coubertin con el método de la cera perdida y se encuentran en El jardín de esculturas de Rodin en la Universidad de Stanford, en Plateau de Seúl, en el Museo de la prefectura de Shizuoka, y en el Museo Soumaya de la Ciudad de México,