
Después de haber hablado de la estructura y composición general, del tríptico cerrado y del panel izquierdo, La Presentación de Eva, en esta ocasión se analizará el panel central de El Jardín de las Delicias.

El Bosco juega con el tiempo en el segundo panel, debido a que la humanidad sigue en el jardín del Edén después que Adán y Eva sucumbieron a la tentación. Normalmente, según la Biblia, el primer hombre y la primera mujer fueron desterrados del Paraíso por lo que ninguna otra persona lo pudo conocer, pero aquí, el artista quiere hacer una obra que permita la conversación sobre las faltas que hicieron enojar a Dios.
Por cuestiones de interpretación masculina de los textos sagrados, se han confundido los términos de tentación con lujuria, pecado capital por pecado carnal, haciendo que Eva –y por ende, las mujeres en general–, se vean como las responsables de seducir al hombre a pecar a través del sexo. En época de El Bosco (1450-1516), la fornicación era una de las faltas más graves a Dios y a la sociedad, por lo que su obra busca ser una crítica a la promiscuidad.
Existen varios elementos que se repetirán como acontecimientos y elementos que han provocado la desgracia humana. Recordando los tiempos en los que vivía el artista, el imperio musulman se estaba expandiendo; El Bosco retrata esta amenaza a la fe cristiana con medias lunas y con personas de tez oscura –una representación un tanto racista que buscaba el contraste evidente– coexistiendo y propiciando las parejas birraciales para corromper el ejemplo de Cristo. Los búhos siguen apareciendo, como enviados del Diablo y testigos del pecado; en el panel anterior sólo había uno, y en este hay varios más. Por último, los peces fuera del agua denotan caos, mostrando cómo el universo perdió el orden por culpa del pecado.



Para hacer más fácil el análisis de esta parte, se dividirá en tres secciones La Humanidad antes del Diluvio Universal, nombre que se le da al panel central del tríptico El Jardín de las Delicias.

PARTE SUPERIOR

En esta sección, reencontramos la fuente de vida del panel izquierdo. El agua de ésta se divide en cuatro brazos, recordando el pasaje del Génesis 2:10, “Y salía de Edén un río para regar el huerto, y de allí se repartía en cuatro brazos.” Estos ríos se refieren a Pisón, Gihón, Chidekel (el Tigris) y Phirat (el Éufrates), una forma de ubicar geográficamente dónde se encontraba originalmente el Jardín del Edén. Se creía que este lugar se encontraba al norte de Elam, al este de la antigua Babilonia.


PARTE INTERMEDIA

En la parte intermedia se ve claramente a un grupo de mujeres en un estanque, rodeado por una turba de hombres montando diferentes tipos de animales. Esta primera connotación hace referencia a los bailes medievales donde las mujeres hacían un círculo y los hombres, un círculo más grande.
También, El Bosco hace una autorreferencia a su Mesa de los Pecados Capitales, un óleo sobre madera de chopo que busca moralizar sobre las diferentes faltas a Dios. En éste, se encuentra en el centro una imagen tradicional de Cristo como varón de dolores, saliendo de su tumba. Se dice que representa el ojo de Dios, y la imagen de Cristo es su pupila. Bajo esta imagen hay una inscripción en latín: CAVE CAVE DNS VIDET («Cuidado, cuidado, Dios lo ve»). Es una referencia a la idea de que Dios lo ve todo, hasta los comportamientos que se esconden a los ojos de las personas.

Alrededor del círculo, se encuentran siete escenas de la vida cotidiana de Flandes que representan a cada pecado capital, Ira, Soberbia, Lujuria, Pereza, Gula, Avaricia y Envidia. Estos mismos se ven representados en animales, muchas veces montados por hombres, en La Humanidad antes del Diluvio Universal.

Las doncellas en el estanque recuerdan a El Nacimiento de Venus de Botticelli. Esta imagen simboliza una expresión neerlandesa, “Nadar en el baño de Venus”, que significa estar enamorado, un estado donde uno se deja llevar por las pasiones y los deseos carnales del amor.

PARTE INFERIOR

Todo lo que se ve en esta parte tiene una connotación sexual. Aquí abundan los pájaros y las frutas. El término “pájaro” en neerlandés es usado para describir los genitales masculinos, mientras que el término “fruta”, para los genitales femeninos. Asimismo, la expresión “recolectar fruta” era un eufemismo de tener relaciones íntimas. Muchas de las plantas representadas por el artista tienen muchas semillas, como la granada, la zarzamora, la fresa y el diente de león, para connotar la promiscuidad con la que se manejan los hombres tentados.

Existen varias escenas dentro de este panel que muestran la mentalidad de la época y que hacen partícipe al espectador de esta obra moralizante:








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