
Estoy absolutamente cautivado por el ambiente de un naufragio. Un buque muerto es el hogar de una gran cantidad de vida: peces y plantas. La mezcla de la vida y la muerte es un misterio, incluso religioso. Existe la misma sensación de paz y el mismo estado de ánimo que el que sentimos al entrar en una catedral.
Jacques-Yves Cousteau

Las profundidades del mar siempre han provocado curiosidad en el ser humano. Desde los increíbles paisajes marinos hechos por corales y anémonas, hasta los misterios de las profundidades, el Gran Azul siempre nos ha hecho imaginar y maravillarnos. Julio Verne, Joaquín Sorolla y Jacques Cousteau son algunos artistas que a través de diferentes medios como la literatura, la pintura y el cine, han permitido cruzar la barrera del mundo terrestre y del mundo acuático.


Mariko Kusumoto es una artista japonesa residente en Boston que usa a las criaturas marinas como fuente de inspiración para crear transparentes y delicadas figuras hechas en tela. Desde que estaba en la secundaria y tomaba clases de escultura, diseño e historia del arte, decidió que se convertiría en artista. En la universidad, se especializó en óleo y grabado en metal. Al haber crecido en un templo budista, estaba familiarizada con este material y su combinación con los elementos de la naturaleza, como la pátina y la oxidación. Desde 2015, y por 18 años, estuvo utilizándolo para crear esculturas que integran otros elementos como el collage y el fotograbado.




Después de terminar una pieza muy complicada, necesitaba crear algo más abstracto y orgánico con materiales más versátiles. Es aquí cuando descubre la capacidad de la tela como un elemento suave, delicado y translúcido. Aunque sea un material que envuelve la vida cotidiana, su variedad permite transmitir diversos significados, como confortabilidad, fragilidad, seducción, tranquilidad. Kusumoto juega con estos significados y con las texturas y las transparencias. Para materializar sus ideas y traducirlas en el material, usa la termofijación para crear dobleces, esquinas convirtiendo la tela en un objeto tridimensional etéreo y delicado.





El mar, lleno de misterios, que aloja grandes monstruos como el Kraken, el Leviatán o el gran cachalote blanco de Moby-Dick, es el hogar de increíbles criaturas iridiscente de increíbles formas dignas de representar la sucesión Fibonacci como caracoles, moluscos y algas. Todas ellas, son arte por sí mismas y se han convertido en el numen que ha motivado a Kusumoto a utilizar poliéster, nailon y algodón, y su conocimiento en metales para crear la estructura de una fauna marina de ensueño.








Sus diseños son tan propicios para transportar a la gente a un increíble paisaje marijo, que colaboró con Jean-Paul Gautier para su colección Primavera-Verano 2019, y dos de sus piezas fueron adquiridas para la colección permanente del Victoria and Albert Museum en Londres y del Museo de Arte Decorativo en París.




